El burnout es un síndrome causado por estrés excesivo, prolongado y mal manejado en el trabajo. Se caracteriza por un estado de agotamiento físico y emocional, además de un cambio negativo de actitud y un menor rendimiento laboral.
Aunque se ha hablado del burnout desde hace muchos años, es hasta ahora, después de décadas de estudios, que la Organización Mundial de la Salud lo ha reconocido como una enfermedad. Y es que el síndrome burnout reduce la productividad y drena la energía. Puede hacerte sentir agotado, sin empuje, desesperanzado y resentido. Y así, eventualmente pensarás que no tienes más que dar.
Todos estos efectos negativos hacen que sea necesario que sepas detectar las señales de alarma y hacer un plan de acción en caso de que el burnout ataque en tu vida.
Burnout: síntomas y señales
El burnout es un proceso gradual; no sucede de la noche a la mañana. Más bien es como una sombra que ataca lentamente. Al principio, sus señales pueden ser sutiles, pero se irán agravando conforme pasa el tiempo. En Outhand pensamos que saber detectar los primeros síntomas servirá de alerta para atender el problema. Si realmente trabajas para manejar de mejor forma tu estrés, podrás prevenir el punto de quiebre. Pero si los ignoras, eventualmente llegarás al burnout.
Puedes ir camino al burnout si...
Te sientes agotado la mayor parte del tiempo.
Te enfermas constantemente.
Tienes dolores de cabeza o musculares con frecuencia.
Tus hábitos de sueño y apetito se han modificado.
Tienes sentimientos de fracaso o dudas sobre ti mismo.
Te sientes solo e incapaz de pedir ayuda.
No tienes motivación en tu día a día.
Tus opiniones y puntos de vista se han vuelto cada vez más negativos.
Te aíslas de otros cada vez más.
Te toma más tiempo terminar tus proyectos o los pospones indefinidamente.
Has usado comida, alcohol o drogas para lidiar con el estrés.
Descargas tu frustración con otras personas.
Si reconociste en ti los síntomas del burnout o incluso crees que ya estás más allá de las primeras señales, tratar de sobrellevar el agotamiento y seguir sin hacer cambios sólo causará más daños emocionales y físicos. Este es el momento de hacer una pausa y tomar medidas. Es importante que aprendas cómo puedes ayudarte a superar el burnout y sentirte sano y positivo otra vez.
Acciones para combatir el burnout
Cuando te encuentras atrapado en el agotamiento laboral puedes sentirte en un callejón sin salida. La realidad es que tienes más control sobre tu propio estrés del que crees. Estas son algunas acciones que puedes tomar para acercarte al balance de nuevo.
1- Re enfoca tu trabajo
Enfócate en las cosas que disfrutas en tu trabajo, así sean las conversaciones con tus colegas a la hora de la comida. Piensa también en cómo lo que haces ayuda a otras personas, brindando un servicio o generando productos que satisfacen necesidades.
También se ha visto que afianzar relaciones amistosas en el trabajo reduce la monotonía y revierte la sensación de burnout. Tener amigos con quienes platicar y bromear durante el día ayuda a aliviar el estrés y mejora el desempeño laboral.
2- Revalúa tus prioridades
Trabaja también en encontrar el balance. Es importante que sepas establecer límites entre las obligaciones y el compromiso con el trabajo y tu vida personal y tu salud. Así, si tu trabajo no te da la satisfacción que necesitas, puedes apoyarte en otras áreas fuertes de tu vida: la familia, tus amigos, un hobby que te relaje e incluso en ayudar a otros.
Revaluar tus prioridades incluye tomar periodos de desconexión. Establece un horario para apagar el celular, guardar la computadora y no revises correos. Utiliza este tiempo para hacer actividades que te relajen: lee, dibuja, toma clases de yoga.
3- Cuida tu cuerpo y tu mente
Hacer ejercicio es clave para combatir el burnout. Sabemos que si te sientes agotado y no tienes energía para nada, hacer ejercicio puede parecerte imposible. Sin embargo, está comprobado que 30 minutos de ejercicio al día modifican para bien el cerebro, creando conexiones neuronales nuevas y propiciando sentimientos de calma y bienestar. Además, el ejercicio sirve como distractor porque rompe el ciclo de los pensamientos negativos que alimentan al burnout.
Otro punto importante es comer bien. Si tu trabajo es muy demandante, seguramente hay días que comes corriendo o medio comes en tu escritorio. Habrá veces que incluso pasas horas y horas de ayuno.
Para aliviar el burnout es necesario que ayudes a tu estado de ánimo y a tus niveles de energía llevando una dieta sana. Olvídate de alimentos saturados de azúcar o grasa porque te darán un falso pico de bienestar y después te dejarán drenado de energía y de mal humor. Piensa mejor en plato del bien comer e incluye proteínas, carbohidratos, frutas y vegetales en porciones saludables. No te olvides de incluir colaciones pequeñas a lo largo del día para que no caigas en periodos largos de ayuno.
Por último, dale importancia a tus horas de sueño. Necesitas descansar para aliviar las tensiones del día, recargar pila y funcionar de manera óptima. Sabemos que no dormir causa somnolencia, irritabilidad y falta de concentración. Si quieres alejarte del burnout, es importante que duermas bien.
Está bien pedir ayuda
Si sientes que el burnout ha tomado control de tu desempeño laboral y empieza a afectar otras áreas de tu vida, está bien pedir ayuda. Buscar el apoyo de un profesional en atención psicológica que te brinde confianza puede enseñarte a manejar la tensión, encontrar formas de canalizar tus sentimientos y devolverte la sensación de propósito; incluso salvar tu vida. Si no sabes por dónde empezar, puedes marcar al número de atención psicológica de la UNAM, donde uno de sus 21 psicólogos te brindará ayuda: Teléfono 5622-2288 en un horario de 8AM a 8PM, de lunes a viernes.
El burnout no es como la gripa; no se irá en un par de semanas a menos que realmente hagas cambios en tu vida. Y, aunque parezca complicado, hacer esos cambios cuanto antes es la decisión inteligente. Es la forma de asegurar que tengas la energía y determinación necesaria para seguir en el camino de lograr tus metas y vivir más pleno.
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